Me encanta tu infinita sabiduría
Me encantan tus hontanares de experiencia
Me enamoran tus ojos de malaquita decayente
Pero ciegos para materias sentimentales.
Estás a millones de trechos negros.
Quiero abrazar tus ramas de coralina tímida.
Te deseo aquí y ahora en mis lechos de turquesas.
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